Esta es la historia de un día de cambios para Ezequiel. Ezequiel es un adolescente, de recientes 20 años, estudiante obligado de abogacía, que vive en los alrededores del conurbano bonaerense. Digo "estudiante obligado" ya que sus intenciones y finalidades de su carrera, es cubrir ciertas necesidades de orgullo en sus padres abogados, siguiendo el mismo legado.
A Ezequiel no le gustaba para nada su carrera, pero se conformaba con llegar a casa y obtener los resultados de estar haciendo "bien" las cosas y que sus padres no tengan que regañarlo en lo absoluto y hasta incluso, que los padres puedan retribuir de diferentes maneras a su estudioso y educado único hijo.
Sin embargo el siempre llevo una pasión oculta, tan oculta que nombrarla en su hogar era casi taboo. Su pasión era el cine. Siempre soñó con producir y dirigir pelicular, pero era algo impensado para él. Romper con el compromiso con sus padres era quebrar un lazo muy importante, que a su vez, era lo único que lo conectaba con la vida sus ocupados padres.
Ezequiel se conformaba con documentales televisivos, donde podía soñar con backstages de obras maistream de Hollywood, pudiendo así, comprender ciertas técnicas y expresiones del cine que tanto lo apasionaba en secreto.
Ezequiel tenía una novia, llamada Clara. Clara era una impulsiva compañera, que sabía lo que Ezequiel sentía y ocultaba. Ella era una persona que no tenia barreras, vivía el día a día sin pensar en nada, disfrutando la libertad de no preocuparse por un futuro. Sin embargo, lo único que la alejaba de su actitud inusual, era este problema que Ezequiel conllevaba, ya que esto de a poco los estaba distanciando, con peleas y discusiones incoherentes provenientes de una persona que no está conforme con su vida actual y toma represalias con la persona más inocente que se encuentre en su camino.
No es por nada que esta historia se llame buscando señales, ya que las señales en esta breve historia, se destacan ubicándose en el lugar de protagonistas. Más adelante entenderás porque.
Llega el 22 de Mayo, día muy especial para Clara, ya que es su cumpleaños, el mismo que venía preparando ansiosamente hace varios meses. En el mismo, asisten familiares y amigos de toda la vida, que se juntaron para festejar un día mas de la vida de la muy querida Clara. En el mismo festejo se encontraba Ezequiel, quien no podía faltar, muy cómodo y divertido con la gente presente.
Transcurre la noche, risas musicalizan el lugar, abundan los brindis y los saludos. Era notable la cantidad de alcohol que Ezequiel había tomado, tanto así que en un momento, casi finalizada la noche, Ezequiel se retira dirigiéndose hacia el frente de la casa para sentarse en la oscura vereda.
Clara, alarmada por la actitud de su joven novio, se dirige hacia él, para encontrarlo en la penumbra de la noche, llorando entre sus rodillas. Clara intenta calmarlo, sin comprender que le sucedía. Supuso que el alcohol le había generado un efecto melancólico que fue el detonante para esa postura que estaba teniendo.
Ezequiel no contestaba los intentos fallidos de Clara por conseguir información sobre su estado, solo lloraba y secaba sus lágrimas.
La noche estaba concluyendo y los dos se encontraban sentados en la vereda, alejados de la gente del lugar.
Ya el sol se asomaba, y Ezequiel casi con un salto decide levantarse, la mira a Clara, que también se pone de pie y le pide perdón, con una mira muy triste y decide marcharse a su hogar, que se ubicaba a unas 20 cuadras de allí. Clara lo besa y luego observa como se retira con el sol a cuesta.
Ezequiel, con un caminar lento y torpe, se dirige hacia garita en donde pretendía tomar el colectivo que más cerca lo ubique de su hogar. Una vez arriba del mismo y de haber abonado con algunas dificultades motoras el pasaje del colectivo, toma asiento casi en el medio del mismo. Detrás de él, se encuentra una pareja, de aproximadamente unos 22 años de edad, quienes logran llamar su atención con una conversación que estaban teniendo. La chica le estaba contando a su novio una situación que un familiar había vivido, algo tan inusual que repetidamente nombraban la muy utilizada frase de "es una historia de película". Inmediatamente a Ezequiel le abordaron distintos sentimientos, por un lado, la tristeza de recordar su frustrado sueño y por otro lado, una incertidumbre de entender porque en ese momento tan particular de su vida logra escuchar la historia de dos extraños en un colectivo vacio, en un horario poco usual. Todo apuntaba a ser una señal, o por lo menos el decidió entenderlo así, un poco para lograr encasillar ese momento particular y otro poco para tener una excusa que le permita realizar su deseo.
Amanece con un domingo lluvioso, cuando su madre lo llama para almorzar. Ezequiel no es de dormir largas horas, pero evidentemente las secuelas de la noche anterior lo obligaron a dormir hasta dejar atrás la mañana gris.
El se levanta y aunque con un estado cansado y un fuerte dolor de cabeza, no podía dejar de pensar en la señal que había recibido la madrugada anterior, dándole importancia como si fuera una señal divina que llego para cambiar y hacer afortunada su poco feliz vida.
Termina el almuerzo con sus padres y decide buscar un anotador para recordar la historia que esos dos extraños habían narrado en el colectivo, y así anotarla. Cuando consigue uno, se sorprende de los detalles que logró recordar, describiendo a un cien por ciento la historia original.
Luego, en una primer hoja de esa pequeña libreta, escribe seguido de una biñeta; "primera señal, pareja en el colectivo", con la esperanza de seguir acumulando nuevas pistas que le den esperanza a la historia de este joven.
Llega el día lunes, y todo transcurría con normalidad. Ezequiel se prepara para despegar de esa fantasía de las señales, preparándose para ir a la facultad. Camino a la misma, el intenta escuchar conversaciones en el colectivo, sin conseguir éxito alguno. El ya se estaba olvidando por completo de la idea de seguir anotando señales en su libreta, hasta que se asombra con la noticia de que Luis, un músico y compañero de estudio, había dejado la facultad para dedicarse a su banda de rock, la cual tenía la posibilidad de unirse a una discográfica para realizar su primer CD.
Inmediatamente Ezequiel toma esta noticia como una nueva señal, lo cual decide sacar su libreta de la mochila para escribir "segunda señal, Luis siguió sus sueños".
Con una sonrisa incomprensible, Ezequiel volvió a su hogar ilusionado, llevándose el mundo por delante, decidido a esperar nuevas señales que lo animen a dar el gran salto a su nueva vida.
Llegado el día Jueves, Ezequiel no había encontrado nuevas pistas, hasta que casi finalizado el día, encuentra en un canal de televisión dedicado al arte, un concurso de films, donde los participantes debían presentar una película, realizada de forma independiente. El o los concursantes ganadores, recibían el sustento económico para realizar una segunda película.
Casi sin perder tiempo, vuelve a sacar su nueva amiga la libreta, para anotar "tercer señal, concurso de films".
Ezequiel se encontraba frente a la posibilidad de probar la deseada profesión y comprobar si realmente había nacido para ello.
Sin tener en cuenta el horario, se abriga para salir rápidamente hacia la casa de Clara, para poder contarle aquello que estaba descubriendo. Al llegar a la casa de Clara y después de un rápido saludo, él le cuenta lo sucedido y se detiene para observar la cara de asombro de su novia, quien lo hace entrar a su habitación para mostrar algo que le había comprado, para levantar el ánimo que Ezequiel venia trayendo. Sorprendentemente, la vida le volvió a dar una nueva y esperada señal, Clara le había comprado una filmadora.
Saca la libreta y escribe delante de Clara "cuarta señal, clara me compra una filmadora".
Luego vuelve a revisar sus anotaciones y queda palido al ver que las señales se unen con el mismo objetivo. Y se da cuenta de que la vida le había brindado los elementos necesarios para conseguir sus sueños.
Tenia una historia de pelicula, un musico amigo para realizar la musicalizacion del film, una filmadora para poner en marcha el rodaje y un concurso para poder lanzarse y incorporarce al mundo del cine.
Constantemente uno recibe señales, no sabemos si son señales divinas o simplemente el destino nos indica el camino. Lo que si se puede saber es que si uno no tiene una libreta en el momento indicado, no va a poder unir las pistas que te lleven a la felicidad. Hay que estar preparados y atentos.
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