Porque la felicidad queda escondida detrás de las responsabilidades, no puedo aspirar ser grande sin vos. Crecer en un camino árido es imposible sin que me acompañes. Sabemos que el destino nos va a cruzar, pero la espera es terrible... Cada día que pasa, caminamos cruzados, alejándonos de la ruta que algún día, sin ninguna razón y sin la madurez que hoy en día nos entrelaza, nos junto.
¿Tan difícil es acelerar el tiempo? ¿Perderíamos parte de nuestras vidas? Si estamos tan seguros de nuestros destinos, ¿por qué esperar? Si estamos respetando excusas insolventes que ni el más inocente creería. ¿Por qué esperar?
La dificultad de acercarme a vos compite con la fuerza de mis pensamientos y con la necesidad de verte reír nuevamente en algún sitio apartado de nuestro complicado mundo. Riendo de nuestros inútiles pasos equivocados que nos estaban alejando cada día mas de la felicidad y de lo brioso de nuestro sentimiento oculto.
En ese mundo alejado, que cada día se convierte en algo real en mi imaginación, me mirás sin rencor, con un cariño infantil jamás visto y con la alegría de experimentar algo viejo pero con la pasión de lo nuevo y desconocido.
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