Viernes de Abril

Caminos de baldosas que no salpican

un caminar liviano, sin calor ni frío

sonrisa notable y ojos brillantes

angustias que desaparecen

en un día notable.

Viernes de fin de abril

viento que esquiva miradas

pasos lentos y desencontrados

que te llevan a un único lugar

donde siempre queres estar.

Los colectivos te frenan

y llegan fieles a sus destinos

nada irrumpe este día

de sol radiante y nubes atenuantes.

Todo se hace más lento

y violines anuncian el gran encuentro

el destino se hace visible

y la cabeza no deja de pensar.

Es el día y el infierno

el saber, comprender y querer

que el día fluya y exija versos

que el viernes de abril no te de la espalda.

No saber no siempre es ignorar

e involucrarte nunca es apropiar

y el día sigue exigiendo pensar

si será el momento o no de actuar.

La tristeza queda atrás

de la ilusión de una realidad

distinta a la del viernes ideal

del cual no dejo de pensar.

Buscando una respuesta estoy

pensando si mis días serán igual

a aquel viernes irreal

que busca cambiar mi realidad.